Cerrar ventana

LA MOJIGANGA

La Mojiganga es hoy, sin duda, uno de los mayores atractivos de las Fiestas de Graus, a la que acuden gentes de toda la “Redolada”.

Según el Diccionario de la Lengua Española Bojiganga o Mojiganga es un término que significa “fiesta pública que se hace con disfraces ridículos, enmascarados los hombres, especialmente en figuras animales” y también “obrilla dramática breve, para ha-cer reír, en que se introducen figuras ridículas y extravagantes”. Ambas cosas ha sido o es la Mojiganga de Graus que se represen-ta el día 13 por la noche en la Plaza Mayor.

Parece ser que nace en Graus del folclore musical. El tambor, la trompa y la gaita o dulzaina que animan los dances acom-pañan a otro baile especial (hoy desaparecido) de ambiente carnavalesco, con influencias de antiguos rituales provenientes del mun-do pagano, en los que se utilizaban máscaras animales y representaciones de divinidades del tipo de Venus o Baco romanos.

En el S.XVII, se inicia el pasacalles de la Mojiganga, los mozos recogen a sus parejas, componiendo las cuadernas de dan-zantes, tras ellos el gentío con sus fanfarrias y disfraces grotescos.

En 1800 se construye el primer “Estafermo”, muñeco giratorio de grandes brazos que se abren en cruz y reparten bofeta-das a diestro y siniestro. Otros personajes fijos serían: La Bruja, con una escoba empapada repartiendo bendiciones, La Vieja, mon-tada en una asno con una lanza de estopa ardiendo, La Pampa La Figa, que ofrecía una figa a la chiquillería atada en una caña, de tal manera que nunca llegaran a cogerla y, por último la Tarasca, artilugio que por medio de dos varillas se alarga y el muñeco o, anti-guamente, el puño puede llegar a cualquiera y darle un susto de muerte.

En el S.XIX se añade el juicio esperpéntico en la Plaza Mayor, tal y como lo conocemos hoy en día.

Perdida desde la dictadura de Primo de Rivera, se recupera en Graus en 1979 y hoy la podemos disfrutar desde el inicio, con el desfile de la Mojiganga, que empiezan los portadores de antorchas, seguidos por los figurantes disfrazados, los portadores de Estafermos y Tarascas, caretas caballez y cabezudos, los Reyes de La Mojiganga y su Corte y, cerrando, la banda de música. El pasacalles finaliza en la Plaza Mayor, donde los Reyes y su Corte, una vez debidamente presentados, toman lugar en el escenario y se disponen a escuchar a sus villanos, que les darán cuenta de los hechos acaecidos durante ese año: “ HABIENDO YA ESCUITA-DO LA SITUACIÓN EN LAS 10 VILLAS RIBAGORZANAS, LOS VASALLOS QUE QUISIEREN DISPONGO A DECIR QUE VENGAN A ESTA SU NOBLE VILLA, QUE ACUDAN A SU GRAN PLAZA Y EXPRESEN SUS PARECERES”. Comienza el es-pectáculo.








EL FURTAPERAS


Enlazando con la tradición de los “estafermos” aparece un peculiar personaje: El “Furtaperas”. Se trata de un muñeco colgado durante todas las fiestas de un madero de una ventana del Ayuntamiento al que se le hace girar realizando grandes piruetas.
Según la tradición grausina, es un personaje al que se le cogió roban-do peras y fue condenado a estar colgado durante las fiestas y verlas pero no poder participar en ellas para toda la eternidad.
Según Manuel Benito este tipo de personajes simbolizan “el invierno que si se prolonga evitará la obtención de frutos en el nuevo ciclo a-grícola: Nos robará las peras”.